La dislexia es un trastorno específico del lenguaje escrito que se manifiesta inicialmente por una dificultad para aprender a leer y escribir, sin que estas dificultades puedan explicarse por causas físicas o psicológicas. Sus causas son independientes de una mala instrucción escolar o de una capacidad intelectual baja del niño o niña. Por el contrario, los niños que presentan ésta condición pueden mostrar un rendimiento académico igual o superior a la media. El diagnóstico de dislexia no es adecuado antes de los 7 años, aunque existan signos y síntomas de desarrollo lento del lenguaje durante la primera infancia o de inversiones en letras y números cuando está iniciando el aprendizaje formal, pues estas dificultades pueden normalizarse pasado un tiempo.
¿Cómo reconocerlo?
Estos signos no son exclusivos de la dislexia, pues pueden estar asociados a otros trastornos. La aparición de un sólo síntoma no debe ser preocupante, es la suma de muchos de ellos lo que debe alertar a los padres e impulsarles a acudir a un especialista que diagnostique el problema:
- Tiene dudas y dificultades a la hora de aprender el vocabulario relativo al tiempo: mediodía, noche, almuerzo, cena..
- Tiene dificultades en la orientación de las direcciones cuando se le explica oralmente.
- Al escribir intercambia letras, sobre todo en palabras que tienen más de una consonante: gurta por gruta, ábrol por árbol..
- No distigue con rapidez algunas letras como: b-d, p-q.
- Al leer cambia sílabas: la por al, le por el, se por es.
- Es lento leyendo: pierde el hilo de lo que lee y no tiene buena comprensión de lo que ha leído.
- En la escuela le resulta difícil copiar de la pizarra sin errores, puede saltarse palabras o incluso líneas enteras, así como copiar letras y números en espejo. Por ejemplo: 3 por E.
- Tiene dificultad en recordar los signos de sumar y restar y en hacer el cálculo mental rápido, pero puede entender perfectamente los conceptos matemáticos.
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